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Los médicos salvaron a los
afectados con una cámara hiperbárica que se usa en
accidentes de submarinistas |
P. A. BERNAT. PALMA.
El mal funcionamiento de un
calentador de gas butano estuvo a punto de acabar con la
vida de cinco miembros de una misma familia en la madrugada
del viernes en Palma.
El problema en el calentador se produjo sobre las nueve de
la noche del jueves. Media hora después, una mujer se dio
cuenta de que el gato estaba vomitando y se encontraba mal.
Acto seguido escuchó el llanto de sus dos hijas de seis y
siete años, por lo que acudió en su auxilio. Las halló
vomitando, con los labios enrojecidos. Después solicitó la
ayuda de su hermano, a quien encontró tendido en el suelo
inconsciente. Momentos después fue ella misma quien se
desmayó En el inmueble se encontraba otro miembro de la
familia, también inconsciente y cuya vinculación parental no
trascendió. Aproximadamente dos horas más tarde, el marido
de la afectada y padre de las dos niñas llegó a la vivienda
y encontró a sus allegados al borde de la muerte.
Rápidamente abrió las ventanas y pidió socorro a los
vecinos.
Al piso, que se encuentra en la calle Sant Vicenç de Paül de
Palma, acudieron efectivos del servicio de emergencias del
061, que colocaron máscaras de oxigeno a los intoxicados y
los trasladaron a Son Dureta.
Desde este centro los remitieron a la Clínica Juaneda, donde
se encuentran las instalaciones del Institut de Recerca
Hiperbàrica Medisub. Ya en estas instalaciones, el doctor
Joan Miquel Batle introdujo a los afectados en la cámara
hiperbárica y los sometió a una persión que equivale a la
que se origina a 20 metros de profundidad bajo el mar. Tres
horas más tarde los cinco pacientes se encontraban en
perfecto estado y regresaron a Son Dureta, donde les dieron
el alta hospitalaria. Estos aparatos suelen usarse en
accidentes de submarinismo, aunque tienen otras aplicaciones
sanitarias.
El doctor Batle explicó que los cinco miembros de esta
familia habrían muerto si llegan a permanecer durante quince
minutos más en la casa respirando monóxido de carbono, un
gas que no se huele y que es letal. De hecho, hace dos meses
tres personas fallecieron en Palma tras inhalar este gas.
Otras fuentes explicaron que el origen de la intoxicación se
encontraba en un calentador de agua de butano. Al parecer el
quemador no funcionaba correctamente y el aparato estaba
instalado en un recinto cerrado de la vivienda. También se
comprobó que el piso carecía del sistema de evacuación de
gases.
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