Publicado el Sábado 17 de Enero de 2004

Cinco miembros de una familia se intoxicaron en Palma por un calentador de gas en mal estado
 Ampliar Los médicos salvaron a los afectados con una cámara hiperbárica que se usa en accidentes de submarinistas


 

 

 



P. A. BERNAT. PALMA.

El mal funcionamiento de un calentador de gas butano estuvo a punto de acabar con la vida de cinco miembros de una misma familia en la madrugada del viernes en Palma.
El problema en el calentador se produjo sobre las nueve de la noche del jueves. Media hora después, una mujer se dio cuenta de que el gato estaba vomitando y se encontraba mal. Acto seguido escuchó el llanto de sus dos hijas de seis y siete años, por lo que acudió en su auxilio. Las halló vomitando, con los labios enrojecidos. Después solicitó la ayuda de su hermano, a quien encontró tendido en el suelo inconsciente. Momentos después fue ella misma quien se desmayó En el inmueble se encontraba otro miembro de la familia, también inconsciente y cuya vinculación parental no trascendió. Aproximadamente dos horas más tarde, el marido de la afectada y padre de las dos niñas llegó a la vivienda y encontró a sus allegados al borde de la muerte. Rápidamente abrió las ventanas y pidió socorro a los vecinos.
Al piso, que se encuentra en la calle Sant Vicenç de Paül de Palma, acudieron efectivos del servicio de emergencias del 061, que colocaron máscaras de oxigeno a los intoxicados y los trasladaron a Son Dureta.
Desde este centro los remitieron a la Clínica Juaneda, donde se encuentran las instalaciones del Institut de Recerca Hiperbàrica Medisub. Ya en estas instalaciones, el doctor Joan Miquel Batle introdujo a los afectados en la cámara hiperbárica y los sometió a una persión que equivale a la que se origina a 20 metros de profundidad bajo el mar. Tres horas más tarde los cinco pacientes se encontraban en perfecto estado y regresaron a Son Dureta, donde les dieron el alta hospitalaria. Estos aparatos suelen usarse en accidentes de submarinismo, aunque tienen otras aplicaciones sanitarias.
El doctor Batle explicó que los cinco miembros de esta familia habrían muerto si llegan a permanecer durante quince minutos más en la casa respirando monóxido de carbono, un gas que no se huele y que es letal. De hecho, hace dos meses tres personas fallecieron en Palma tras inhalar este gas.
Otras fuentes explicaron que el origen de la intoxicación se encontraba en un calentador de agua de butano. Al parecer el quemador no funcionaba correctamente y el aparato estaba instalado en un recinto cerrado de la vivienda. También se comprobó que el piso carecía del sistema de evacuación de gases.

 

 


Última modificación: 23 de enero de 2004