PALMA.— Una
presión equivalente a veinte metros de
profundidad en el agua respirando oxígeno
puro a través de una mascarilla especial
durante hora y media. No es ninguna prueba
para prevenir el efecto 2000. Tampoco el
último invento de la NASA en busca de algún
ruido procedente de un planeta lejano,
aunque la cápsula lo parezca. Es la Cámara
Hiperbárica, lo último en rehabilitación,
que por primera vez un deportista
profesional de elite ha estrenado en España.
Tal honor le ha correspondido a Jovan
Stankovic.
Son las cinco de la tarde en el sótano de
la Clínica Juaneda. Allí, ataviado con la
correspondiente bata blanca, le espera el
doctor Joan M. Batle Vidal y una cámara con
aspecto de submarino. El centrocampista
yugoslavo del Real Mallorca se ha perdido ya
tres partidos por culpa de un golpe en el
tobillo que le propinó el azulgrana Frank de
Boer. El yugoslavo reconoce que ha tenido
suerte porque si le hubiera dado un par de
centímetros más arriba —señala con el dedo—
«habría puesto en peligro incluso mi carrera
deportiva con un rotura de peroné similar a
la de Juninho».
Los frustrados intentos de recuperación
por la vía ordinaria llevaron al doctor Joan
Roig y a Stankovic a probar esta innovación
en el mundo del fútbol: «En la NBA y el
fútbol americano, con la dureza del
calendario, bastantes clubes, entre ellos
los Chicago Bulls, tiene en sus
instalaciones una cámara hiperbárica para el
tratamiento de lesiones óseas y tendinosas
con el fin de recuperarse con más rapidez»,
señala el doctor Batle.
El jugador, que ayer por la tarde realizó
su segunda sesión, se muestra expectante:
«El primer día lo pasé bastante mal porque
de pronto tengo frío y después calor. Los
oídos se entaponan cada cierto tiempo al
igual que sucede en los aviones y se pasa un
poco mal».
Llega la hora del viaje submarino.
Stankovic se introduce en la cápsula junto a
otra paciente y un doctor, se cierran las
compuertas y... aire. En el lado izquierdo
un panel de control vigila todos los
movimientos del jugador. Una mini cámara
traslada al monitor todo lo que sucede en el
interior por si hubiera algún problema. Una
docena de aparatos controlan la intensidad
del aire, la temperatura —en el interior hay
21.4 grados— ante cualquier anomalía que se
pudiera producir. Stankovic, con la cámara
de oxígeno, se entretiene leyendo la prensa,
aunque de vez en cuando se tapa con una
manta.
Las cámaras hiperbáricas han sido
utilizadas tradicionalmente para el
tratamiento de accidentes de
Buceo, aunque
cada vez se usan con mayor frecuencia en el
tratamiento de enfermedades e intoxicaciones
en las que haya una dificultad del paso de
oxígeno o de circulación de la sangre. En el
caso de Stankovic «el oxígeno tiene un
efecto anti edema y anti infeccioso,
parecido al del agua oxigenada. Lleva ya
quince días con la lesión y de esta forma,
con el oxígeno, el tejido que está inflamado
se va a recuperar con más garantías y algo
más rápido».
Medisub y el Mallorca están a punto de
alcanzar un acuerdo para utilizar
periódicamente la cámara hiperbárica con el
fin de acortar bastante más el tiempo de
convalecencia de los jugadores. Ya no habrá
excusas para no jugar.
Stankovic sale algo tocado por el aire y
con frío: «Espero que con esta terapia me
pueda recuperar pronto». Cae la noche y se
retira a su domicilio. Hoy volverá a la
terapia submarina.
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