El fallecido, identificado como Bartolomé B.O., buceaba en apnea —sin equipo autónomo de aire comprimido— junto a un amigo, cuando, por causas que no están muy claras, sufrió un desvanecimiento y llegó prácticamente sin sentido a la superficie. Fuentes de la investigación indicaron que el compañero que acompañaba a Bartolomé, sí llevaba botellas. Al parecer, el joven de Porreres realizaba inmersiones «a pulmón» desde la superficie y tomaba aire del equipo del otro buceador, que le abastecía en el fondo, una práctica que puede resultar peligrosa si no se tiene experiencia en actividades subacuáticas. Una portavoz del servicio de emergencias 112, que coordinó las labores de salvamento, explicó que Bartolomé y su amigo fueron recogidos por una embarcación neumática, la cual los trasladó hasta el puerto de Sa Colònia, donde aguardaba una ambulancia. El personal sanitario de esta dotación no pudo hacer nada por la vida del joven, que falleció en el trayecto. El cadáver permaneció en el muelle hasta que el juzgado de guardia de Manacor autorizó su levantamiento. A falta de conocer los resultados de la autopsia, los expertos barajan dos hipótesis sobre las causas del óbito: por un lado, que Bartolomé B.O. se ahogara al no calcular correctamente el aire que le quedaba en los pulmones antes de la ascensión, y, por otro, que sufriera lo que se conoce como sobrexpansión pulmonar, un fenómeno que se da durante el ascenso a la superficie si no se espira el aire a presión que suministran las botellas. De acuerdo con el 112, que a media tarde ya tenía informatizados la mayoría de los datos del accidente, el manómetro del buceador que llevaba equipo autónomo marcaba 9 metros. Es probable que Bartolomé B.O. no superara esta profundidad en ningún momento de la inmersión. Expertos en submarinismo indicaron, no obstante, que esta distancia, incluso menos, es más que suficiente para que se produzca una sobrexpansión, ya que la presión del aire es superior en casi una atmósfera. Las fuentes indicaron que Bartolomé, aunque era un chico fuerte y aficionado al deporte en general, no tenía una gran experiencia en Buceo. Por el contrario, la persona que estaba con él en el momento del trágico suceso practica submarinismo con frecuencia. La Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación, no pudo interrogar ayer al único testigo del accidente. Este buceador, cuya identidad no fue precisada, se encontraba muy afectado por lo ocurrido y no estaba en condiciones de declarar.