Historia de la OXIGENOTERAPIA HIPERBÁRICA 

 

La medicina hiperbárica es escasamente conocida en nuestro país a pesar de que sus primeras aplicaciones tuvieron lugar en 1662 es decir, ciento trece años antes del descubrimiento del oxígeno.

Aún sin conocer demasiado bien su fundamento, las cámaras hiperbáricas proliferaron a partir de la mitad del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX. Paralelamente  los fracasos en medicina hiperbárica sucedieron a cada una de las fases floridas y en algunas ocasiones llegaron a ser estrepitosos. Esta evolución desfavorable no es difícil de comprender a la luz de los conocimientos actuales, pues en la mayoría de los casos la medicina hiperbárica era utilizada en campos de aplicación muy distantes de los que hoy conocemos como válidos, atendiendo al efecto, a veces espectacular, que a menudo se obtiene sobre algunos síntomas sin que por ello actúe sobre el inicio o la base de la enfermedad.

La verdadera era de la Medicina Hiperbárica comienza en 1961 cuando Boerema y Brummelkamp publican su primera serie de enfermos afectos de mionecrosis por clostridios (gangrena gaseosa) con resultados altamente favorables. En esta ocasión el fundamento de la Oxigenoterápia Hiperbárica (OHB) se perfilaba en su mecanismo etiológico de la enfermedad, válido y aceptable, aunque la experiencia adquirida en los años posteriores añadiría numerosas modificaciones en el método utilizado y muchas matizaciones accesorias. Permitió asimismo, identificar el mecanismo de acción de la OHB; es decir, el aumento del Oxígeno disuelto en el plasma al obtener una presión arterial del Oxígeno  superior en ocasiones a 2.000 mmHg, haciendo posible el intercambio en situaciones a veces consideradas como irreversibles, además de algunas acciones concretas que la OHB puede ejercer sobre la idiosincrasia especial en algunas enfermedades.

A raíz de esos primeros resultados florecieron  nuevamente toda clase de publicaciones introduciendo la OHB en los mas diversos  campos de la Patología. Algunos trabajos parecían ser muy apreciables, pero muchos otros ofrecían lagunas importantes. Sorprende ojear las páginas del Index Medicus anual en la década de los sesenta y encontrar una media de 200 publicaciones anuales sobre diferentes aplicaciones de la OHB. Sorprende asimismo los intentos de extender su utilización a campos tan diversos como la Obstetricia, geriatría, sexología, endocrinología y otros muchos mas dispares cuyo fundamento es difícil de aceptar.

Los patriarcas de la medicina hiperbárica comprendieron a tiempo los peligros de la excesiva proliferación de publicaciones y el riesgo de que la euforia condujera a un nuevo fracaso. Los congresos internacionales de medicina hiperbárica celebrados desde entonces trienalmente fueron útiles para recopilar y unificar criterios, para establecer los nuevos cauces de funcionamiento. La creación del Comité Coordinador de Centros de Medicina Hiperbárica ( CCCMH) en 1977 estableció las normas definitivas de aplicación de la OHB y seleccionó, cribó y, en su caso, rechazó todo lo realizado hasta entonces.

En los últimos años, las publicaciones sobre medicina hiperbárica no han disminuido en número, pero han cambiado notablemente. Hay menos trabajos “brillantes” o rutilantes o refiriendo sorprendentes logros en las mas impensables situaciones, pero, en cambio, han aumentado los estudios de investigación básica, mecanismos razonados de acción, y estudios prospectivos y comparativos realizados en las primeras aplicaciones clínicas. Los resultados en la mayoría de los casos son de mucho interés y estimulantes a proseguir en esta línea de trabajo.

Otro factor sorpresa al consultar el Index medicus es comprobar como aproximadamente la mitad de los trabajos publicados proceden de los países del este Japón y la antigua URSS incluso muchos sin tan solo traducir al Inglés.

Parece desprenderse que el nivel de la medicina hiperbárica en los países orientales es muy alto a pesar de que raramente tenemos acceso a sus publicaciones ni es común encontrarlas en los congresos internacionales de Medicina hiperbárica occidentales.

El anuncio, por tanto, del XIII Congreso Internacional de Medicina Hiperbárica, celebrado en Japón en Noviembre de 1999, el último del milenio, ofrecía el máximo interés. Por un lado, el atractivo común a todo certamen Internacional sobre una disciplina polémica, experimental y escasamente conocida. Por el otro, la posibilidad de acceder a los secretos de la medicina hiperbárica en el Japón y la ocasión de poder visitar algunas de sus instalaciones. 

Dr. J. Desola Alá. CRIS-UTH Barcelona.

Historia del Buceo (En Inglés)

 

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Última modificación: 23 de enero de 2004